¿Porqué enmarcar?

Existen dos motivos básicos para enmarcar una obra; estética y conservación.
Si bien las modas van y vienen, todos estamos de acuerdo en que las obras de arte conviene que perduren en el tiempo. Tal vez nos encontremos frente a una creación artística única de un artista reconocido (como los dibujos de nuestros hijos!), una foto familiar o incluso un objeto de valor absolutamente personal.
En todos los casos, porque nos gusta y queremos compartirlo, nos agrada colocar una obra a la vista de todos. Decoramos nuestras casas con cuadros que muestran aquello que nos agrada, que admiramos o que nos identifica.

¿Que marco elegir?

Esta es la gran pregunta frente a la variedad del muestrario y la cantidad de combinaciones. La realidad es que debemos balancear entre las características propias de la obra y el lugar donde vamos a ubicar el cuadro. Podemos apoyarnos en las opciones tradicionales que nos brindan seguridad en la ambientación; también, es interesante romper algunos criterios ampliamente aceptados, combinando por ejemplo acabados tradicionales con formas innovadoras.

Colaborando en la conservación de nuestra obras

Hay algunos cuidados simples que podemos considerar para contribuir a proteger nuestras obras de arte:
Verificar que el alambre para colgar el cuadro nos brinde al menos una separación de 1 cm de la pared, para favorecer así la circulación de aire por detrás de la obra.
Evitar las paredes excesivamente expuestas al sol dado que los pigmentos se decoloran y se resquebrajan.
Apartarlos de fuentes de calor excesivas como calefactores o chimeneas.

Las pinturas ahora no se enmarcan!

Sí, es cierto, hoy existe una tendencia a no enmarcar las pinturas realizadas sobre bastidor; sencillo: la gente las cuelga sobre la pared, sin enmarcar. Algunos dicen que esto es por una cuestión económica (cuesta dinero enmarcar); otros simplemente por una nueva estética, menos formal, minimalista.
Me parece que, por desconocimiento o mal asesoramiento, de esta forma exponemos a nuestras obras a riesgos innecesarios; las pinturas se pueden caer, mover o también, por estar en contacto total con la pared, perder circulación de aire y absorver humedad.
La realidad es que existen alternativas interesantes de enmarcado -tan económicas como estéticas- que permiten preservar la obra, prácticamente igualando el efecto decorativo de esta nueva tendencia.

Enmarcado de conservación

Este es un punto a tener en cuenta y que lamentablemente no está ampliamente difundido en esta actividad.
Con el paso del tiempo las obras interactúan con el medio ambiente y son afectadas por las condiciones de luz, temperatura y humedad; todos estos agentes afectan la integridad y la calidad de la obra, generando efectos irreversibles. Obras ubicadas en lugares inadecuados -como paredes con humedad, rayos de sol directo o ambientes extremadamente cálidos- alteran los pigmentos y el papel, degradando el aspecto original de la obra. Por otra parte, los materiales empleados en el montaje, tienen contacto directo con la obra, incrementado los riesgos a través del intercambio de substancias químicas. En nuestro pais, existe poca difusión acerca de los distintos materiales que pueden utilizarse en la confección de marcos y que minimizan los efectos de los ácidos presentes en cartones de montaje y adhesivos. La utilización de insumos como el paspartu libre de ácido, adhesivos a base de almidones y papeles para montaje alcalinos brindan seguridad a largo plazo para nuestras obras.

¿Donde colgamos los cuadros?

Respetando los enfoques que cada persona tiene en decoración, podemos decir que es conveniente ubicarlos generalmente a la altura de los ojos y en la pared que queremos destacar; como referencia podemos tomar 1,3 metros desde el suelo. Las distancias son relevantes también al momento de componer la decoración de un ambiente con cuadros; como regla de sentido común: a mayores tamaños necesitamos mayores distancias para apreciarlos y para los pequeños, un mayor acercamiento.

¿Como agrupamos nuestros cuadros?

En una pared de un ambiente, podemos optar por un cuadro de grandes dimensiones o agrupar varios para lograr un efecto llamativo a los ojos de las personas. Pueden agruparse por tema, por similitud, variedad de tamaños, por tipos de marco o por gamas de colores. Se puede optar también por agruparlos con formas geométricas.